La sentencia del Supremo Tribunal busca el sano y competitivo desarrollo de la telefonía móvil del país, al ordenar a estas tres empresas (que concentran el 87% de este mercado al cierre del año 2017) desprenderse de la misma cantidad de espectro radioeléctrico que fue adquirida en el concurso de la banda 700 Mhz. Para ello, la Corte ordenó a la misma Subtel disponer las medidas para asegurar que este objetivo se cumpla. Esto generará mayor competencia en la industria, lo que sin duda permitirá a los consumidores tener más opciones de mejores servicios, acorde a las nuevas tecnologías, y a precios más convenientes.

El lunes 25 de junio, la Corte Suprema sentenció que Movistar, Claro y Entel han infringido las normas de defensa de la Libre Competencia al postular y adjudicarse el año 2013 el concurso público de la banda de 700 MHz convocado por la Subsecretaría de Telecomunicaciones (Subtel), excediendo los límites de espectro radioeléctrico que el propio máximo Tribunal impuso para cada una de estas empresas el año 2009.  Lo anterior es considerado un acaparamiento de dicho recurso, que afecta la libre competencia y pone en peligro el uso efectivo y eficiente del espectro, así como la necesaria homogeneidad en su distribución.

Destacan de la sentencia dos aspectos de suma importancia para el desarrollo de las actividades económicas del país, en especial para la eficiencia del mercado de telefonía móvil y, por cierto, para cumplir con el anhelo de hacer de Chile un protagonista de la Nueva Economía Digital.

A lo primero que nos lleva este fallo es a recordar a Douglas North, premio Nobel de Economía que desarrolló la teoría del Institucionalismo Económico. En ella sostiene que el respeto por las instituciones formales (la ley, los tribunales, etc.) e informales (la palabra empeñada, los compromisos, la puntualidad) resulta fundamental para el desarrollo económico. Esta sentencia ha recordado a las firmas de telefonía móvil que la prevención que hizo la Corte Suprema el año 2009 -en cuanto a que no podían exceder de los 60 MHz- fue una sentencia de un Tribunal de la República y que no acatarla no puede ser soslayado. Respetar la Ley, los Tribunales de Justicia y la Libre Competencia es el primer deber moral de todo empresario y la base de la responsabilidad social que pesa sobre ellos.

Tan importante es el respeto por las instituciones que regulan las actividades económicas, como sostiene North, que la Corte Suprema señaló que no solo las demandadas han debido acatar una decisión previa de la misma Corte, en cuanto a respetar el límite de 60 MHz establecido para las empresas de telecomunicaciones el año 2009, sino que también lo ha debido hacer la Subtel, tanto en la licitación de la banda 700 Mhz, como en el concurso anterior de la banda 2.600 Mhz, de modo que quien pretendiese modificar dichos límites debió previamente iniciar un proceso de consulta ante el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia, lo que no ocurrió.

Desde otro ángulo, la sentencia del Supremo Tribunal, busca el sano y competitivo desarrollo de la telefonía móvil del país, al ordenar a estas tres empresas (que concentran el 87% de este mercado al cierre del año 2017) desprenderse de la misma cantidad de espectro radioléctrico que fue adquirida en el concurso de la banda 700 Mhz. Para ello, la Corte ordenó a la misma Subtel disponer las medidas para asegurar que este objetivo se cumpla. Esto generará mayor competencia en la industria, lo que sin duda permitirá a los consumidores tener más opciones de mejores servicios acorde a las nuevas tecnologías, y a precios más convenientes.

Luego de una dura batalla que dimos con Conadecus en esta causa y considerando que la actual titular de la Subsecretaría de Telecomunicaciones ya ha dado muestra de una voluntad orientada a generar mayor y mejor competencia en este mercado, estamos optimistas en cuanto a que la devolución del espectro acaparado y subutilizado permitirá que Chile recupere el sitial destacado en materia de telecomunicaciones que alguna vez tuvo y, especialmente, que aquellos jóvenes emprendedores que están desarrollando la Economía Digital entreguen a nuestro país su creatividad y talento, para con ello favorecer el bienestar de todos los habitantes del país.

La responsabilidad social de los empresarios ha de fundarse en el primer deber moral que pesa sobre ellos, que es competir sana y lealmente.

Fuente: El Mostrador

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