Paula Roldán, economista de Estudio Bravo
“Hay avances importantes en crear consciencia de la importancia de la libre competencia. No obstante, existen desafíos relevantes”
Radicada en España hace 4 años, la profesional nos cuenta como es el trabajo a distancia y sus motivaciones para trabajar en nuestro estudio.
En Estudio Bravo trabajan abogados y economistas para el análisis de las diversas causas. En este último grupo está Paula Roldán, economista de la Universidad de Chile, MSC in Economics de la University College in London y radicada en España hace 4 años. La profesional se desempeñó entre 2009 y 2012 en las divisiones de Investigación y Litigios de la Fiscalía Nacional Económica y colabora con nuestro estudio desde abril de este año.
¿Cómo es el trabajo a distancia?
El trabajo a distancia tiene la ventaja de una mayor flexibilidad en cuanto a organizar los tiempos. Me permite también hacer otras actividades como escribir artículos, hacer asesorías, etc. Además, viviendo fuera puedo conocer otras realidades y enterarme de lo que sucede en Europa de manera casi inmediata. Estas realidades las comparo con lo que sucede en Chile. En lo que se refiere a la comunicación es fluida gracias a las herramientas que tenemos disponibles. Las desventajas es que a veces te puedes pasar todo el día trabajando si no defines horarios y tampoco ves a tus compañeros diariamente.
¿Qué te motiva trabajar en Estudio Bravo?
Me motivan varias cosas: el equipo, personas brillantes con experiencia; los temas en los que me ha tocado trabajar, la defensa de la libre competencia y regulación son de todo mi interés y en cuáles sé que puedo aportar con experiencia y una actualización constante; su mentalidad abierta a los cambios que enfrenta la sociedad y la economía hoy.
¿Cuál es tu evaluación sobre la libre competencia en nuestro país?
Hay avances importantes en crear consciencia de la importancia de la libre competencia tanto entre los empresarios como en el público en general. No obstante, existen desafíos relevantes. Por una parte, los consumidores no siempre se muestran satisfechos con respecto a la compensación que reciben cuando han sido víctimas de alguna actividad anticompetitiva. Tampoco suelen mostrar confianza en que las conductas no se repetirán. Por otro lado, existen cambios tecnológicos relevantes que debemos enfrentar, que afectarán la forma en la que las empresas compiten y cómo los consumidores se relacionan entre sí y con los oferentes. Nuestra regulación, incluyendo la Ley de Defensa de la Competencia, puede ir quedando obsoleta ante esta nueva realidad por lo que tenemos que tener una mente abierta, informarnos y estar preparados para los cambios.
